“La persecución ya lleva varios días.
Decenas de hombres buscan sin descanso al huidizo “guerrero de las lagunas”, culpable de haber devorado sin piedad a mucha gente.
A pesar de todos los esfuerzos, el guerrero se escabulle. Desciende a las profundidades para luego reaparecer en la superficie, despistando a sus perseguidores.
Varias veces estuvo a punto de ser acorralado o de caer en alguna trampa, pero siempre consiguió huir, sea río arriba o río abajo, o destrozando ferozmente las artimañas montadas para su captura.
Hasta que finalmente es arrinconado y muerto con el filo de cientos de arpones descargando odio y miedo sobre él.
Su cuerpo es arrastrado hacia la piedra y abierto. En su interior no encuentran más que barro, arena y hojas.
Es desmembrado y sus enormes pedazos son arrojados al agua. De ellos nacen varios peces grandes y pequeños que hasta hoy nadan y habitan en los ríos.“
(Leyenda inspirada en el relato “Perseguindo Doé” del libro “Crenças e Lendas do Uaupés” de Alcionilio Brüzzi Alves da Silva)
De esta forma las tribus que vivían en las márgenes del Río Vaupés retratan a uno de los peces más codiciados por los amantes de la pesca deportiva: la tararira.
Queda claro que su ferocidad es legendaria. En un mundo donde la regla es “matar o morir”, la tararira ha conseguido destacarse como un voraz predador y un auténtico desafío para todo aquel que quiera empeñarse en la ardua tarea de atraparlo.