Gracias a su habilidad y dedicación, alrededor de 1985 la Garue Company, una pequeña empresa de Milán, se fijó en él y le dio su patrocinio.
Fue así como, con este impulso, comenzó a dar lecciones de pesca con mosca y atado, lo que, eventualmente, despertaría en él la necesidad de viajar y conocer importantes destinos en todo el planeta.
Además de recorrer toda Europa, tuvo la oportunidad de visitar bellísimos lugares y países como Australia, Canadá, Estados Unidos, las Islas Caimán, Cuba, Brasil, Venezuela, Tailandia, Costa Rica, Maldivas, México, Bolivia, Guatemala, Belice y, por supuesto, Argentina.